Trully by Unico lidera el cambio hacia un futuro seguro con soluciones innovadoras y colaboración interempresarial
El fraude digital se ha convertido en una de las mayores amenazas para la economía mexicana. La tecnología, que debería ser una herramienta para el desarrollo, se enfrenta al desafío de métodos cada vez más sofisticados utilizados por delincuentes. Según cifras de la Condusef, los reportes de fraude en el país incrementaron un 27.5% en 2023, reflejando una problemática que no distingue industrias y que afecta tanto a empresas como a millones de usuarios.
Este fenómeno no solo pone en jaque las finanzas de los afectados, sino que debilita un elemento fundamental para cualquier economía digital: la confianza. «El fraude digital no es solo un crimen, es un ataque directo a la confianza en nuestra economía», subraya Fernando Paulín, experto en transformación digital.
Los métodos tradicionales para combatir el fraude, como la verificación de identidad al inicio de las transacciones (KYC), han demostrado ser insuficientes frente a las tácticas sofisticadas de los delincuentes. «Validar identidades en el inicio de las transacciones ya no basta; necesitamos herramientas que enfrenten patrones complejos de fraude en tiempo real», puntualiza Paulín.
Especialistas coinciden en que es necesario adoptar soluciones innovadoras para combatir esta amenaza. Un modelo propuesto es el Buró de Fraude Digital, una herramienta colaborativa que combina inteligencia artificial, biometría facial y análisis de patrones en tiempo real. «Esta estrategia no solo detecta actividades sospechosas, sino que también construye un ecosistema digital seguro y accesible para los usuarios legítimos», afirman voceros de Trully by Unico, empresa comprometida con liderar esta transformación.
En el contexto global, países como Reino Unido y Estados Unidos ya implementan iniciativas similares, logrando reducir costos y fortalecer la confianza en sus economías digitales.
México tiene la oportunidad de posicionarse como un líder regional en seguridad digital mediante la inversión en infraestructura tecnológica y la promoción de alianzas entre empresas, gobierno y consumidores. «Invertir en prevención no es opcional, es el único camino hacia un ecosistema digital seguro», destacan expertos del sector.
El fraude digital no es solo un desafío técnico, es una responsabilidad compartida. Con herramientas como el Buró de Fraude Digital y una colaboración efectiva entre las partes involucradas, es posible proteger a los usuarios, reducir riesgos y fomentar un entorno confiable para las transacciones digitales.
La lucha contra el fraude digital empieza hoy. Empresas, consumidores y gobierno deben unirse para garantizar que México avance hacia un futuro donde la confianza sea el eje de su economía digital. «¿Estás listo para formar parte del cambio?».